Los Improperios, en latín Improperia, son los versículos que se cantan en el oficio de la tarde del Viernes Santo en la Iglesia católica, durante la ceremonia llamada Adoración de la Cruz.[1][2] La palabra latina improperium significa « reproche ».[3] Los Improperios son, de hecho, los reproches de Cristo a su pueblo que lo ha rechazado.[3] Puesto que a cambio de todos los favores concedidas por Dios, y en particular de haberlo librado de la servidumbre en Egipto y haberlo conducido sano y salvo a la Tierra Prometida, le ha infligido las ignominias de la Pasión. Esta temática ha sido mucho tiempo ligada a la del « pueblo deicida ». Se puede ver en ella la influencia de Méliton de Sardes y de su Homélie de Pâques.[4] Es durante La Adoración de la cruz,[3] después de las diecisiete oraciones, que estos improperios se decían por el coro en el rito romano. A cada favor de Dios en el libro del Éxodo se oponía un episodio de la Pasión de Cristo. El coro repetía como estribillo la aclamación griega Hagios o Theós (Ἅγιος ὁ Θεός),[3] de forma más precisa alternando el griego y el latín, en doble coro.[5]